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Baldenora significa fuente en la xíriga de los tejeros llaniscos. Una jerga nacida a principios del S.XVIII, entre los habitantes de los valles de Ardisana y San Jorge, así como de la parroquia de Collera, en la margen derecha del río Sella.
El propósito de su creación era el de todo lenguaje gremial: facilitar la transmisión de los conocimientos ancestrales que caracterizaban a la profesión, y proteger la conservación los secretos de la comunidad tejedora.
Porque la fuente es el símbolo de la parada reparadora, del refresco del alma, y también del nacimiento de los ríos que serpentean por la vida de los pueblos y de la historia, dando forma a nuestras experiencias vitales.
Esa es la filosofía que nos guía desde que fundamos los apartamentos. Lograr que nuestras paredes sean, a la vez, un espacio de cobijo reconfortante para el viajero y un lugar en el que nuestros huéspedes sean felices y generen recuerdos imborrables. Ojalá lo logremos en su próxima visita.
Baldenora esta rodeada por un escenario de cuento mitológico: verdes bosques asturianos custodiados por los pétreos e imponentes picos de la sierra del Cuera. Salir a pasear significa adentrarse por senderos mágicos que se multiplican por doquier para regocijo de nuestros visitantes.
Es la gran riqueza de Llanes. En sólo media hora, el viajero puede pasar del disfrute del frondoso laberinto arbóreo asturiano, a sumergirse en las aguas más cristalinas del norte de España: Poo, Toró, Antilles o el Sablón son algunos de los inolvidables arenales que le aguardan a pocos kilómetros de nuestras instalaciones.
Bella arquitectura, calles repletas de vida, gastronomía inolvidable y mucho olor a mar. Así es Llanes, una villa costera que le enamorará desde el primer instante.
Si algo caracteriza al oriente de Asturias es su tradición láctea. Artesanal y de sabores inconfundibles, la oferta quesera local lleva siglos deleitando los paladares del visitante más exigente.
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